Cae la noche
La tarde sucumbe distraída,
la noche la llena de legañas,
la cubre con su manto de espesura,
la apaga con su súbita llegada.
Las calles se quedan en silencio,
la gente regresa a su
morada,
se hunde en castillos
sin misterios
refugios de almas confiadas.
Crujidos, sirenas, explosiones,
gemidos, susurros, emociones,
quejidos, promesas, ilusiones,
sentidos, ausencias, confusiones,
se mezclan tejiendo la negrura.
La calma domina sus moradas.
La noche impera
poderosa,
recela del alba sigilosa
que en corto le sigue las pisadas.
La gente dormita confiada,
ignora que llega la alborada.
Bosteza, rezonga, se levanta,
se ducha, se viste, se acicala.
No sabe que el sol que se despierta
le brinda de nuevo una jornada
que arrastra pequeños sedimentos
de vidas por horas prolongadas.
FPC
29 de enero de 2016